sábado, 24 de enero de 2015

A pesar De Que... O: Será Sin Cerati Cerca De Ti [O: La Ultima Platica De Cerati A Un Desconocido]


Por: Aguilar Sana, Narciso
A pesar de que soy viejo y viví esa ola juvenil y encuentro un gusto culposo en unas canciones de la música conocida como Rock En Tu Idioma nunca me vi a mi mismo apreciando la música del famoso grupo Soda Estéreo. Ni de las canciones de Cerati como solista; eso hasta que salió su última placa Fuerza Natural donde voltee a verlo una última vez.
Fue en el año 2009, cuando un, en ese entonces, joven conocido mío llevaba en mano una revista de música en la que había una entrevista con Cerati por su nuevo disco próximo a salir Fuerza Natural (obviamente). En dicha revista había un photoshoot que más que la entrevista, y más que el artista en si me llamo la atención. Un hombre a sus 50 años viéndose tan joven con un árbol con pocas hojas y la neblina de fondo genero un punctum muy fuerte en mi, en mis adentros se formo rápidamente el esbozo de una historia acerca de un héroe viejo y ya sin poderes, una cosa en apariencia infantil material para cómic, pero con un fuerte contenido sobre la mortalidad y lo poco que valen nuestros actos dentro de El Gran Escenario...
De regreso a la realidad compre el disco, y lo escuche un par de veces; honestamente me interesaron solo un puñado de canciones, no digo que sea un disco malo pues no le veo peros a escucharlo completo, pero tampoco le veo peros a no escucharlo completo.
La imagen de Cerati se alineo e idealizo con el personaje principal de la novela que había nacido dentro de mí al ver la fotografía en la revista. Y empecé a trabajar en la novela a paso lento pues tenía que atender otros escritos más inmediatos para con otras varias publicaciones.
Fue en un día que en lugar de escuchar la música que tenía en uno de esos viejos iPod tamaño ladrillo puse a gastar la batería de mi celular escuchando la mala señal de radio que ofrecía cuando me entere del concierto que Cerati daría dentro de unos días; entre la indecisión al día siguiente me encontré cerca de donde vendían los boletos, entre y salí con un par. Uno se lo di al chico que llevo la revista y quedamos de vernos en el lugar.
Tenía asuntos que atender e intente llegar lo más puntual posible, cosa que no logre. El chico me llamo por teléfono, que andaba preocupado, le explique el asunto y le pedí que disfrutara el concierto por los dos. Rompí el boleto y lo tire a la basura.
A la mañana siguiente, con el frío de noviembre en la calle, cerca del auditorio nacional, encontré un gafete tirado del concierto de la noche anterior, de un miembro del staff, lo guarde en el bolsillo y entre a una tienda a comprar un café caliente. Regrese a la oficina de mi viejo editor que estaba a unas cuadras a que terminara de regañarme; cerca de la hora de la comida, entre las dos y las cuatro de la tarde regresaba a casa cuando choque con el viejo Cerati.
Al inicio no lo reconocí pues no estaba acostumbrado a ver imágenes de él, más allá de que la forma de hablar era de un extranjero; en persona era un poco más viejo de lo que mostraban las fotos, y un poco más pequeño de lo que había supuesto. Como no reaccione ni hice señas de ser fan la plática fue banal: los dos pidiendo disculpas por chocar con el otro en una calle tan amplia, hablando del clima y hacia donde se dirigía el otro. Le mencione que había trasnochado trabajando y que parecía que el también había pasado una noche larga, asentó con la cabeza y un sonido con la boca señalando al fondo de la calle llena de arboles que era a donde se dirigía, me di media vuelta y mi mirada termino en el Auditorio Nacional, rápidamente caí de en cuenta creyendo que era alguien del auditorio y le di el gafete, explicándole que lo encontré a unos metros de ahí en la mañana y que podía ser suyo o de un compañero, entonces rió y se presento; hice una baja exclamación apuntando mi error, estrechamos la mano un poco más formal y al momento de decirle que era nuevo escucha por su último disco y que no había podido ir a su concierto porque el trabajo se había extendido los dos recibimos una llamada.
Al terminar las llamadas los dos nos disculpamos de nueva cuenta y mencionamos que era trabajo, el se despidió de mi y avanzo hacia el auditorio a los previos de su segundo concierto, le dije que lo mío tenía también dirección hacia allá, pero un poco más lejos. Caminando de regreso le conté los sucesos del día anterior sobre que quería ir a su concierto pero que no había podido, al llegar al cruce donde separamos caminos me dijo que lo sentía sobre lo mío, le respondí que no importaba, que ya seria en otra ocasión y me despedí encaminando hacia mis asuntos.
No voltee para atrás a verlo, solo seguí caminando.
Han sido casi cinco años, y la novela ha sido rechazada por una docena de editoriales diciéndome que mejor la haga un guion para cómic. Lo he pensado seriamente, no hay nada que perder.
Y hoy a media hora de su muerte me entero que ya no habrá otra ocasión para hablar del clima o como estamos cada uno metido en lo suyo que no nos fijamos por donde andamos o en como el trabajo nos lleva de un lado para otro. Su disco suena alegre en el estéreo, suena tan vivo que parece mentira que acaba de morir. Y siendo que a muchos les importe mucho y a muchos les importe poco, entre muchos llantos, muchas canciones que de nueva cuenta sonaran en el radio, muchos conciertos y entrevistas y reportajes que serán trasmitidos en la tele, y una gran cantidad de búsquedas en internet y reproducciones de vídeos en YouTube.
Estamos en el mundo que será sin Cerati cerca de ti.

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